Lucas
15:20.- Así que se puso en camino y
regresó a la casa de su padre. "Cuando todavía estaba lejos, su padre lo
vio y sintió compasión de él. Corrió a su encuentro, y lo recibió con abrazos y
besos.
El pecado... Qué difícil es
lidiar con el pecado... No queremos, pero... Todos pecamos... Y nos sentimos
mal... Cada quien tiene una lucha con algo que no está bien. La imperfección
juega a ganar en nosotros... Haciendo al pecado un dardo hiriente del que es
difícil salir... Muy difícil... Como el aguijón... Lo sé, porque lo tengo... Lo
sé, porque todos lo tienen.
Todos tienen un mal deseo...
Todos tienen malos pensamientos... Los pensamientos nos abruman, nos engañan,
nos aturden... Y están dentro.... No sabemos, no podemos dominarlos... A
veces... Ningún mortal sabe hacerlo a ciencia cierta... Ningún mortal siente en
si lo que otro siente por el pecado que está adentro de cada quien.
Cada quien lidia con el... Cada
quien siente por el... Hay culpa... Hay vergüenza... Hay dolor y rabia... Hay
inconformidad... Desesperación y Decepción... Pero, cada quien lo siente a su
manera... Unos mienten... Otros critican, murmuran... Otros roban... Otros
codician... Hasta matan... Desean, codician lo prohibido... Esta allí
adentro... Cada quien luchando con su sentir... A escondidas... En la soledad de su mente... Por
eso callamos...
Lo inmundo, lo vergonzoso del
pecado nos hace callar... Y... Nos cuesta ir ante Dios... Porque...
Tantas veces hemos ido a El... ¿Hasta
cuándo?... ¿Habrá perdón?... ¿Me perdonara?... ¿Me desechara?... Es lo mismo
todo el tiempo... Todos los días... Siempre lo mismo... Entonces, nos
alejamos... Porque no podemos estar de pie ante El... Estamos como al
principio... Como Adán... escondiéndonos... sabiendo que le fallamos... No
podemos engañarlo... Y huimos... lo mas lejos... Pero no hay lugar... El está
en todos lados... El conoce nuestra falta... Nuestra vergüenza... Nuestro dolor...
El espera como el padre de la parábola... El solo espera que lo busquemos... Que
lo encontremos... Y lo hallaremos... El solo quiere que volvamos a casa... A su
casa... Nuestra casa... Como el hijo prodigo... Que fallo... Y reconoció... Y volvió
a casa... derrotado, avergonzado... Arrepentido... Y perdonado... Restaurado...
Allí estaba su lugar... Esperando... Nadie lo usurpo, nadie lo ocupo... Estaba
reservado, aun cuando El no estaba...
Jesus lo estableció... No
importa lo que hayamos hecho... Fallamos, ¿Siete veces?... ¿70 veces 7?... No importa el
número, el tamaño, ni la forma, ni la intención... Solo debemos volver a
casa... En donde esta nuestro lugar... Solo ir a Jesus... Ir con el Padre.
Solamente...
Volvamos a casa...
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