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lunes, 11 de mayo de 2020

UNA REALIDAD... UNA VERDAD


1 Tesalonicenses 4:13.- Hermanos, no queremos que se queden sin saber lo que pasa con los muertos, para que ustedes no se entristezcan como los otros, los que no tienen esperanza. 14 Así como creemos que Jesús murió y resucitó, así también creemos que Dios va a resucitar con Jesús a los que murieron creyendo en él.
La vida es una realidad y esta nos lleva a una verdad... La muerte.
Todos moriremos... Es la innegable verdad. Y marca la realidad del final de nuestra vida terrenal. Y Muchos no quieren pensar en ese día... Muchos temen que llegue ese momento, pero vendrá... No sabemos cuándo, ni como, ni donde... Solo sabemos que llegara. Tan seguro como que el sol saldrá cada día.
Hoy a causa de la pandemia, el mundo se estremece... Tiene miedo, incluyendo a los creyentes en Cristo... Este virus no has hecho entender lo frágil que es la vida. Y ante esta amenaza, no importa ni el dinero que tengamos, ni lo sano que estemos... La muerte no discrimina... Llega y ya...  Y le tememos a la muerte, aun cuando decimos que añoramos el cielo... El miedo a dejar este mundo habla de la inseguridad que tenemos en no saber certeramente, que será de nosotros en la próxima vida, al cruzar el umbral de la muerte.
La semana pasada alguien paso el umbral... Alguien se nos adelanto a los que hoy leemos esto... Un creyente firme completamente sano, en la búsqueda incesante de las cosas del cielo. Un buen cristiano... Buen amigo, buen hijo... Mejor esposo y padre ejemplar. Alguien que nunca había pisado un hospital o clínica alguna, cayó enfermo de manera inesperada. Y a sus 58 años, la muerte lo sorprendió... Ayer le dimos sepultura, junto a ocho personas más, solo en mi ciudad. Ninguno murió a causa del virus que tiene aterrorizado al mundo. Nadie se lo esperaba, pero sus familiares y amigos se consolaban con los hechos de que había sido una persona de excelente testimonio, con un buen legado para los que lo conocieron. Y sabiendo que un día se reunirán con El, eso mitigaba en mucho el dolor de su partida.
Porque sabemos que cuando Jesus regrese por su iglesia, antes de que nosotros seamos levantados,  los que se nos adelantaron, los que duermen en Cristo estarán allí, esperándonos... Ellos habrán resucitado, tal cual, como Jesus lo hizo.
Y tener la convicción, la firmeza de que sucederá, que Cristo volverá por los que creen firmemente en lo que El hizo, aun cuando no sabemos el día, ni la hora, de nuestra partida... Este hecho, el momento de su venida, el más culminante y glorioso de cualquier vida humana que ha decidido asegurar el futuro haciendo a Jesus el Señor, Dueño, Amo y Seguro Salvador de sus vidas... Ese hecho futuro... Erradicara el temor.
Todos hemos experimentado la pérdida de un ser querido.... Lloramos, sufrimos y recordamos permanentemente la vida de ese ser amado que ya no está físicamente. Y en el amor que Dios dispenso para toda la humanidad al encarnarse en Jesus, y llevarlo a montarse en una cruz, para dar su vida en nuestro lugar y ganarnos sin merecerlo, el derecho de disfrutar la mejor vida futura, nos da acceso a tener la mayor esperanza que es, ese momento glorioso que no será momentáneo... Por el contrario no acabara, sino que perdurara por la eternidad.
Dice en:
Romanos 14:8.- Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos.
Solo hay que vivir para Jesus y tendremos seguro que para El moriremos... Pero debemos ser de El... Propiedad de El... Ser del Señor... del Jesus que dijo: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?”.
Muchos, creemos esto... Y por eso no hay temor... Estamos preparados para ese momento... Dios soberano, lo determina. El, solo El determinara nuestro futuro... Y nosotros hoy, solo debemos estar preparados, listos, seguros de nuestra salvación desde ya... Garantizando que nuestras vidas son enteramente de Jesus... Entregándonos por completo a El... y entonces se cumplirá lo que dice la continuación del verso inicial de este escrito...
1 Tesalonicenses 4:15.- Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos,  que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. 16 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. 17  Luego nosotros los que vivimos,  los que hayamos quedado,  seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire,  y así estaremos siempre con el Señor. 18 Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras. (Anímense, pues, unos a otros con estas palabras)
¿No es maravilloso?... No es alentador... No hay miedo, no hay temor... Su amor por nosotros al darnos su gracia, nos sostiene en este mundo que pasara, que llegara a su fin... Porque lo mejor está por venir... Su venida... Su Gloria que vendrá, es mucho, muchísimo mejor y mayor que la que vemos hoy...
¡¡¡ALELUYA!!!


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