Romanos
6:22.- Pero ahora, libres de la esclavitud del
pecado, han entrado al servicio de Dios. Esto sí les es provechoso, pues el
resultado es la vida santa y, finalmente, la vida eterna.
Meditemos... Cristo vino a este
mundo a salvarnos, a darnos libertad... Nos hice libres de la esclavitud del
pecado...
Jesus a través de su vida,
muerte y resurrección, proveyó para el ser humano la posibilidad de que
creyendo en El, pudiéramos definitivamente dejar de ser un pecador recurrente. Nos
dio la posibilidad certera de dejar vivir en una condición de pecado, y además,
nos aparta para vivir una vida santa y disfrutar en el futuro del premio mayor,
el galardón de la vida eterna.
Eso hace Jesus. Y gracias a Dios
por eso. Pero los creyentes en Cristo, después de creer en Jesus, para vivir
esa vida santa en la tierra, deben tomar una segunda decisión, que es...
Liberarnos de nosotros mismos. Porque aun cuando seamos salvos por haber creído,
existe la posibilidad de seguir siendo esclavos... Dice:
Mateo
16:24.- Luego Jesús dijo a sus
discípulos: Si alguno quiere ser discípulo mío, olvídese de sí mismo, cargue
con su cruz y sígame.
No hay ninguna posibilidad de
ser verdaderamente libre, si no aceptamos cruzar el umbral del ser creyente a
ser realmente un discípulo. Y para eso debemos negarnos a nosotros mismos,... Estar
dispuesto a dejar nuestra vida anterior y entregarnos por completo al hecho de vivir
la vida a través de la óptica de Jesus.
No hay nada que nos haga más
daño, que negarnos al YO. Negarnos a dejar que Jesus con su sabiduría divina,
guie por completo nuestra vida anulando los argumentos humanos que dominan
nuestra mente, dejara al descubierto nuestras miserias...
Negarnos a Jesus y al Yo con
las excusas tradicionales, ya trilladas... Como... “No es fácil”... “Que soy débil”... “Que yo soy
así y no puedo cambiar”... “Que mi pasado me persigue”... “Que el sistema, el
gobierno, la gente, la iglesia”... “Nadie me apoya”... “Nadie me ayuda”... No
permitirá que salgamos de una vida miserable, triste y en un continuo conflicto
interior.
Somos especialistas en buscar
argumentos e inclusive cuestionamos lo que Dios nos aconseja... La biblia “Escuchen mi voz y pónganla por obra”... En
ninguna parte, dice que lo cuestionemos... Y vaya que lo hacemos, poniendo cuestionamientos
a lo que nos pone como antesala a su beneplácito... Que es nuestra obediencia...
Actuando así, nunca seremos liberados de los sentimientos y emociones nefastas,
que vienen de no negar nuestra propia razón...
Y Dios... Y Jesus... Solo
quiere que seamos verdaderamente libres... Dice en:
Juan
8:31.- Jesús les dijo a los judíos que
habían creído en él: Si ustedes se mantienen fieles a mi palabra, serán de
veras mis discípulos; 32 conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.
No hay forma, no hay manera, de
que seamos verdaderamente libres, si no nos entrenamos, sino nos discipulamos,
sino somos enseñados... Y para eso está la iglesia, creada para que bajo la
guianza de los Pastores y Maestros que ha puesto por cabezas, como directores
de las congregaciones, bajo el cuidado de los que nos deben cuidar, y dotarnos con
el alimento espiritual continuado, recurrente, disciplinado, organizado logrando
así conocer la verdad de la palabra y ser libres.
Y no se trata de predicación
nada más... Hablo de la enseñanza profunda de quien fue y es Jesus... De saber
y entender lo que Jesus hizo y enseño con su vida, para que después tengamos
vida abundante y eterna... Se trata de renovar nuestra mente cada día. O como
digo en la iglesia. Y se los digo a ustedes que leen esto: “Por favor... Por
favor... Sálganse de su mente y metan la mente de Cristo”.
Eso es dejar de ser Yo... Eso
es, negarse a nuestro querer, a nuestro hacer, a nuestros sentir... Eso es
negarnos a nuestra mente, derribando todo argumento humano, que muchas veces,
deja expuesta nuestra altivez, frenando
el libre conocimiento de Jesus.
Si dejamos el yo no puedo.... El
no sirvo... No quiero... No me quieren... No me dejan... No cambio, No me da la
gana... No puedo dejar la ira, la rabia, el rencor, el pasado.... Si dejamos
estas y otras cosas más que hacen tanto daño y dejamos que sea Cristo a través
del Espíritu Santo y la enseñanza sana de la iglesia, entonces realmente
nuestra vida cambiara... Si lo hacemos entonces, habrá menos familias
destruidas... Menos relaciones de amistad, rotas... Menos iglesias divididas...
Menos drogadictos... Menos suicidios... Menos ruina... Menos personas
depresivas, angustiadas, inconformes... Al final, menos muertes... Menos
sufrimientos... Y por el contrario habrá mucho más vida...
Por lo que no se conforme, con
solamente decir “Yo creo en Jesus”... Dejemos de ser nosotros mismos... Y con
nuestras cruz a cuestas sigamos, aprendamos, entreguémonos por completo al
Jesus que ya se entrego por nosotros y entonces créanle a Dios... Solo así, viviremos
la absoluta, duradera, permanente, agradable y fructífera Libertad...
Seremos discípulos, servidores...
Y seremos libres... Seremos verdaderamente Libres... Al fin...
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