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domingo, 27 de septiembre de 2020

POR VENEZUELA 2

 


Salmo 107:34.- (Dios) Convierte las tierras fértiles en infértiles por la maldad(el pecado) de los que las habitan.


Venezuela esta en crisis. Económica, gubernamental, sanitaria, educativa y entre otras, una crisis moral fundamentada en una ausencia general de valores, que socavó las bases fundacionales de la nación.
En mi opinión y coincidente con la de muchos, hay en conjunto, una crisis espiritual que mantiene al pías inmerso en el pecado.
Dios estableció en la Biblia, que la paga del pecado es la muerte. (Romanos6:23). Y como yo lo veo, esto se cumple en las personas que viven permanente y conscientemente en una actitud de pecado, que los lleva a agonizar lentamente.
Si eso pasa en el hombre, llevemos el hecho a toda una familia que esta en condición pecaminosa. El resultado inminente es que la familia como familia, corre el riesgo de ser destruida.
Extrapolemos ahora esta condición, a una sociedad que vive bajo las sombras de la maldad y veremos a la Venezuela de hoy. Estéril, infértil, con un futuro incierto, sin posibilidades reales de salir del foso en el que estamos. En Venezuela realmente se produce muy poco y es un hecho comprobado y expresado a voces. Y según el verso es debido al pecado de... La incredulidad.
Expresamos de manera general que creemos en Dios. Se dice fácil, pero ¿Sinceramente lo hacemos?... ¿Creemos realmente en Dios?.
Porque la fe se mide por las obras que hacemos como hijos de Dios. Un hijo de Dios cree sin ver y actúa coherentemente y en consonancia con lo que dice que es. Un hijo de Dios se aleja, rechaza, repudia lo que esta mal. Un hijo de Dios se deslinda de todo lo que es pecado. Por lo que si queremos un cambio en nuestro sistema de vida como pías, debemos definitivamente cambiar primeramente nosotros en nuestra manera de pensar, de creer y de actuar para recibir el cambio que estamos esperando de Dios para nuestro nación.
Si cada quien hace su parte sin esperar que los demás lo hagan, como sociedad saldremos del estigma del pecado y seremos nuevamente un pías prospero, de bienestar y por sobre todo de paz.
Por lo que hagamos lo mejor que podemos hacer para iniciar el cambio... Así que oremos...

Padre amado, gracias por todo. Te pedimos perdón en el nombre de Jesús por nuestros malos actos. Te pedimos perdón por ser tan incrédulos. Por ser ambiguos en nuestra forma de ser. Ayúdanos Señor a cambiar nuestros corazones, nuestras mentes, nuestras vidas para que así puedas Señor en Tu misericordia, cambiar nuestra nación.
Esperamos confiados en Ti, porque no tenemos ningún otro Dios más que Tu. Gracias en el nombre de Jesus... Amen, amen y amen

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