1 Juan 2:1-3 [NTV].- Mis queridos hijos, les escribo estas cosas, para que no pequen; pero, si alguno peca, tenemos un abogado que defiende nuestro caso ante el Padre. Es Jesucristo, el que es verdaderamente justo. 2 Él mismo es el sacrificio que pagó por nuestros pecados, y no sólo los nuestros sino también los de todo el mundo.
Dos recordatorios importantes.
EL primero es que Cristo es el justo que perfectamente Santo pago por nuestros pecados, para que solo confiando en El, consiguiéramos perdón y salvación. Jesús nos hizo salvos por Fe y por Gracia.
Y la segunda es que al pecar podemos ir con confianza ante El, conscientemente arrepentidos del hecho y con total humildad para conseguir el perdón. Sin olvidar, que el pecar ocasiona consecuencias. No hay manera de obviarlas. No hay camino verde para evitarlas. Lo que si podemos evitar, es el pecar de manera consiente lo que lo convertiría en un hecho considerablemente beneficioso. Y mas en los tiempos de crisis como el que vivimos. En el que hay una angustia generalizada y una consecuencia global que nos afecta individualmente.
El alejarnos del mal que trae cada pecado, nos ahorrara las consecuencia que caerían como una carga adicional sobre los efectos resultantes de la pandemia mundial.
Lo mas sensato es perseverar en llevar una vida de santidad, en la que Dios promete todo lo que en esencia es, como Dios Padre para con nosotros, sus hijos.
Y es porque es un Dios fiel a lo que es. Un Dios que cumple sus promesas, aun cuando fallamos.
Su misericordia siempre estará para nosotros aun sin merecerlo.
Sin merecerlo, seguiremos siendo salvos y estaremos a salvos en cualquier situación por muy difícil que sea, porque El sigue estando a cargo. Lo prometió cuando dijo en..
Hebreos 13:5b.- ¡Nunca nos fallara, jamás nos abandonara!
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