POR VENEZUELA 1

 

Jeremías 29:7.- Y busquen el bienestar (la paz) de la ciudad adonde los he desterrado, y rueguen (Oren) al SEÑOR por ella; porque en su bienestar tendrán bienestar.

Es difícil tener paz duradera en la Venezuela de hoy. Las razones son más que conocidas. Y Dios establece que para que haya paz y bienestar actuemos como pacificadores, trabajando honradamente  y que oremos, en cualquier caso, sin cesar para tener paz en nuestra tierra.

Y siendo justos a causa de Cristo, no debemos olvidar que las oraciones de los justos son poderosas. Por lo que llevemos todas nuestras legítimas peticiones, a los pies del Señor, dando gracias primero y la paz estará dentro de nuestro corazón y nuestra mente. Y en el tiempo del Señor, viendo nuestra perseverancia en la oración, veremos la luz restauradora de Cristo en nuestra querida y amada Venezuela.

Así que, oremos...

Padre amado, Padre de misericordia, te damos gracias por todo, en el nombre de Jesús. Hoy estamos de rodillas con nuestra mente y nuestro corazón a pedirte misericordia para nuestro país.

Revelate por completo en cada palmo de tierra de nuestra nación.

Sabemos que la redención viene de Ti. Y que solamente en Ti esta la esperanza de paz de nuestra tierra.

Dios de poder, te pedimos en el nombre de Jesús por nuestras autoridades. Cambia sus corazones, transformalos en personas apasionada por el servicio que le deben a los habitantes de nuestro país.

Usa Señor todos tus recursos de poder para tener gobernantes probos, honestos, que piensen primero en el bienestar de los venezolanos, antes que en sus propios placeres.

Saca, erradica de nuestra tierra toda influencia y posesión diabólica que perturba el establecimiento de tu paz.

Venimos a Ti a suplicarte, a rogarte que establezca, siempre apegado a tu voluntad, la paz definitiva que viene de Ti y por sobre todas la cosas, glorifica siempre el nombre de Cristo en el corazón de cada venezolano, que los inunde no solo el amor sino el temor reverencial a Ti.

Respalda Tu iglesia en la obra que nos encomendaste y que sea ella, el brazo que guíe en el nombre de Jesús, el bienestar de nuestro país.

En el nombre de Jesús, te lo imploramos limpia por completo ¡Venezuela!... Amen, amen y amen.