Definitivo. Las preocupaciones están a la orden del día. Ocupamos un espacio en este mundo que parece confabulado en preocuparnos. El mediatismo tecnológico apoyado en los medios de comunicación, masivamente ayudan crecientemente en el hecho de preocuparnos al punto de angustiarnos. Creemos a veces hasta sin fundamento de base que lo malo nos pasara. Que los efectos de cualquier mal en la tierra nos alcanzaran. Y vaya si lo logra. Muchos males llegan por nuestra inseguridad, por nuestras falsas creencias y más aún, a veces nos adentramos y nos dejamos arrastrar por el mundo de la preocupación. Al final, nos enfermamos.
El hecho de estar vivos, caminar por este mundo, estar en contacto con el entorno, ya es suficiente para encontrar motivos y razones para preocuparnos. Y es inminente, la enfermedad llega, las medicinas hasta psicotrópicas aparecen. Nos es necesario doparnos para escapar por un momento de la depresión producto del estrés. Pero es eso solo un momento. No dura para siempre.
Dios sí. Es eterno, infinitas sus mercedes. Inagotable su amor para con nosotros. Tiene la solución definitiva para cualquier preocupación. Atiende cada petición. Tiene una salida para todas y cada una de ellas. Nada se le escapa. No dejo vacíos de ningún tipo para acometer con fe viva en su palabra, con fe absoluta en Cristo, cualquier inconveniente en el camino.
Dios tiene la solución. Levantar la mirada y suplicar con premeditado agradecimiento perseverantemente, incluyendo en nuestra oración, nuestra preocupación. Y si oramos, si confiamos, si esperamos con paciencia su respuesta, si nuestro enfoque es la solución y no el problema, la Paz llega, incomprensible, tranquilizante, consoladora, esperanzadora. la Paz llega y ocupa por completo el espacio de nuestro corazón, toda nuestra mente, como algo hasta mágico, maravilloso y sublime como Su Gracia
Como siempre, Dios se encarga de todas nuestras preocupaciones. El hará su trabajo. Es lo mejor que sabe hacer. Solucionar problemas. Solo basta ir hacia Él. Creer, creer y seguir creyendo, en plena y absoluta certeza de fe y… ¡Ya! ¡Listo!... ¡Lo hará otra vez!... ¡El cumplirá! La mentira y el arrepentimiento no es parte de sus acciones. Él no es humano. Dios es buenamente divino. Es el buen espíritu que vive en la verdad de su palabra hablada y escrita.
Dios es por siempre fiel. ¡En medio de este mundo donde no faltan los problemas, confiemos en Él! Nos ayudará. Cumplirá. Su promesa será una realidad. Y su gozo en nosotros complementará ya de por sí Su Paz, la mejor Paz.
Solo vayamos ante El, dejemos todo ante El. Agradezcámosle a Él, supliquemos, clamemos a Él, solo a Él… Y Él… ¡Responderá!
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