LA PRUEBA DEL MUNDO.

 

1 Pedro 4:12. - Queridos hermanos, no se sorprendan del fuego de la prueba por el que están pasando, como si fuera algo extraño

El mundo y todos sus habitantes están a prueba. El planeta entero está a prueba. Y los cristianos no deberíamos de sorprendernos, porque Dios no los advirtió y sigue haciéndolo.

El mundo va en un paso acelerado a la destrucción. Las enfermedades están en todos lados. Algunos personajes notorios y muy pudientes, quieren adueñarse de la vida ajena. De toda vida humana, animal, vegetal, todo lo que existe y todo lo que esta sobre el planeta. Tienen dinero, influencia, medios. El poder los exacerba. Tienen hasta la atención y la admiración de grupos enteros. Y usan todo lo que tienen para distorsionar países, cambiar valores, normas de vida. Los valores ciudadanos han sido socavados por nuevas modas que han impuesto nuevas leyes y que socaban las bases de la familia y por ende de las sociedades enteras y como consecuencia, los países viven la ruina de haberse aparatado por completo de la visión divina para el mundo.

Todos saben que hay un Dios, con la excepción de algunos, muy pocos a la verdad que le atribuyen a la fortuna, a la maldad, al destino, a la ingenuidad y la ignorancia del ser humano, los sucesos inexplicables que no pueden y no quieren aceptar. A la vez, otros pocos se niegan ante la realidad de que en algún momento este mundo se acabara y para el cual solo hay una salida:

¡Cristo! ¡Su salvación para con nosotros!

1 Pedro 5:8. - Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; 9 al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo.

Los creyentes apercibidos resisten con sobriedad, cuidando diligentemente su vida y su alma en todo momento, porque tenemos un adversario que esta a la saga, al acecho, esperando que algunos retrocedan para secuestrar sus almas, para llevarlos junto consigo a la perdición en la que él ya está.

Como Dios, satanás es real. Es el príncipe de este mundo. Mueve los hilos del mundo a su antojo. Y como todo ser maligno, astutamente usa todo su arsenal de mentiras como herramientas para hacer que los creyentes duden del Amor inalterable de Dios, de su Fidelidad, de su Misericordia. Satanás busca sembrar en la mente de cualquiera, de que lo malo no es tan malo. De que lo bueno este pasado de moda, que hay nuevos tiempos, que hay que adaptarse al mundo actual, que hay que seguir bajo una dirección inequívoca hacia la destrucción. Y en muchos casos ha tenido éxito.

Pero, ¡Hay Dios!… Y siempre lo habrá. Es Inmutable, su Gracia es imperecedera. Y al igual que para todos, los cristianos estamos en una prueba permanente para demostrar lo que somos, mostrar en que y en quien creemos. Para dar el ejemplo perseverando contra todo pronóstico e incomprensión terrenal, de que, si podemos superar las pruebas de la mano de un Dios Fiel, Real. Que cumple las promesas refrendadas con letras divinas, validadas como estatutos perpetuos para aquellos que vivan sin varianza alguna de la mano y guía de un Cristo que marco el camino, que dibujo una senda hacia el Galardón mayor... ¡La Vida Eterna!

Por lo que, las leves tribulaciones que padecemos por momento, no son nada comparable con lo que nos espera. No se asemejan en nada a la Gloria que disfrutaremos al final de nuestra vida. Está garantizado en Cristo… ¡Hay vida eterna!

Las pruebas que pasamos y que vendrán en un futuro permitidas por nuestro Dios, la superaremos. Y nosotros debemos saber que si viene de Dios, si El la permitió, la superaremos. Porque “No nos ha venido tentación humana que no podamos superar” “Que no podamos vencer”. Si Cristo venció, nosotros también podemos. Creamos… Fe, ante todo. Dios está con nosotros, con sus hijos sometidos en obediencia a su orden divino. Creamos en su amor para con nosotros…. Dios nos ama. Y no nos dejara solos… ¡Jamás!...

En la prueba… ¡El sigue estando a cargo!