Zacarías 8:16-18 [BLA].- Estas son las cosas que habéis de hacer: Hablad verdad cada cual con su prójimo; juzgad según la verdad y lo conducente a la paz en vuestras puertas. 17 Y ninguno de vosotros piense mal en su corazón contra su prójimo, ni améis el juramento falso; porque todas estas son cosas que aborrezco, dice Jehová.
Que dañino es para el cuerpo de Cristo juzgar al prójimo. Lamentablemente es lo que mas hacemos. Y mas lamentable aun es aceptar opiniones sobre otras personas, sin estar seguros de que sean ciertas. Y muchas veces, hacemos tan fácil el hecho de emitir y aceptar un juicio sin tener todos los elementos a la mano.
En una oportunidad, un amigo que me conocía muy bien, escucho algo de mí que él no conocía y olvidándose de lo que si conocía de mi, sin darse el tiempo de contactar la veracidad del juicio en mi contra, puso en duda mi conducta y hasta lo acepto como cierta.
Y es lo que Dios aborrece, juicios sin razón. Prejuicios de corazón. Y mas allá de los malos actos que "todos" cometemos, esta el que si juzgamos, debemos hacerlo con justa causa, basados en una verdad que hayamos contactado, para no emitir opiniones que en definitiva Dios rechaza hasta con dolor, porque el ama su creación.
Cuidémonos, porque al Juzgar traemos ese juicio a nosotros mismos y con seguridad seremos medidos con la misma "vara". Y lo que es peor, peligrosamente usurpamos un papel que solo a Dios le corresponde.
Dios es el único ser que tiene moral y derecho para juzgar, porque El es Dios. Es Santo. Es soberano.
Yo le dije a ese amigo en su momento, ¿Vas a poner por encima lo que otro te dijo de mi que tu no vistes, a lo que tu si has visto de mi?
Si no estamos seguros, no aceptemos ninguna opinión de nadie sobre nadie. Y si lo que nos dicen, es algo que ya conocemos, por favor no aceptemos, ni participemos en un juicio, porque podríamos tener nosotros una viga mucho mas grande que la paja del prójimo juzgado.
Evitemos ser rechazados y aborrecidos por nuestro Señor por aceptar un testimonio de alguien que puede ser ambiguo y falso.
Mas bien, esforcémonos por actuar y juzgar conforme a la verdad, preservando la paz para con todos y seremos aceptados por Dios
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