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jueves, 31 de diciembre de 2020

RETROCEDER... NUNCA.

Hebreos 10:38.- Mas el justo vivirá por fe; Y si retrocediere, no agradará a mi alma. 39 Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma.

Nuestra meta... Llegar al final y tener un premio, un galardón que recompensa nuestra  obstinada perseverancia, nuestra inquebrantable firmeza, nuestra  ferviente deseo, nuestra ejemplarizante fe.
No hay nada mas desvalorado a la hora de admirar, que la fe de un justo. Pero La fe engalana al justo, lo galardona, lo premia. Es ejemplo para todos, la Fe de alguien que sabe lo que quiere, que dejo de lado todo lo que le pudiera impedir llegar al final. La Fe de alguien que dejo fuera de su vida la duda, el miedo, el amor banal por cosas que lastran su camino hacia el galardón.
El justo no acepta su perdición, aun sabiendo que sufrirá en la prueba, sabiendo que cualquier cosa lo pudiera obstaculizar, el justo no retrocede porque perderá de vista la meta, se alejara del galardón.
El justo vivirá, llegara a la meta, vera a su Salvador, abrazará a Su Jesus... Y entonces, su alma, su peleada, reclamada y hasta menospreciada alma, será preservada, será salva.

Solo nuestra Fe nos ha salvado, Su amor nos ha entregado, nuestras lágrimas hemos derramado, y el tiempo por fin ha llegado, para obtener el premio declarado.

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