Salmos
34:18.- El Señor está cerca, para salvar
a los que tienen el corazón hecho pedazos y han perdido la esperanza.
“Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; y salva a
los contritos de espíritu.”
El dolor... Todos lo padeceremos...
En algún momento aparecerá. Y nadie vivirá por nuestro dolor... Lo compartirán,
serán solidarios. Pero... nadie lo vivirá igual. Cada quien lleva su propio
dolor... Algunos lo muestran, otros lo callan... Otros tratan, Pero no pueden esconderlo...
Se nota, se ve, se siente... Y solo queda consolar a la persona quebrantada...
Solo queda ser amigo, compañero... Ser solidarios.
La vida sigue su curso y habrá
días que no quisiéramos avanzar con ella... Queremos quedarnos atrás, volver a
ese pasado, en el que hoy vivimos con dolor. Tenemos respuestas, con las que no
estamos conformes... Y no hay consuelo... Solo una respuesta que sabe a
silencio... O a lo mucho, sabe a confusión... No nos sacia. Y terminamos
aceptándola porque no hay más.
Solo inconformidad, tristeza...
Quebrantamiento y un corazón hecho pedazos.
Pero Dios esta cerca... Solo Dios
con su incomprensible amor, actúa y llega con la respuesta en forma de
aceptación, de calma... Y nos dice... “Sigue adelante”... “levántate”... “Camina
conmigo”.
“El camino de la vida que hay por
recorrer es mucho más amplio, más grande y más hermoso que el dolor que quedo
atrás”
Hay mucho más por explorar hacia
adelante... Lo de atrás ya lo sabemos, ya paso... Duele, claro que duele.... Y de
tiempo en tiempo vuelve para recordarnos el dolor como si fuera hoy... Y nuevamente
vuelve Dios, con su consuelo, con su amor, actuando, directo al corazón,
recomponiéndolo, reanimándolo... Y en una noche oscura con su día en que no
vemos la luz... Llega El iluminando nuestra vida, dándole sentido y nos habla al
corazón.
“Yo estoy
aquí... Yo soy el que sana tu dolor, tu aflicción, el que alivia tu corazón”
Ese es Dios... El, nos da paz,
así como nos dio a Jesus... Dios, a costa de su dolor, nos da vida, esperanza...
Y nos sana... El, nuestro Dios paso por eso... Él lo conoce en su totalidad, en
su esencia. Y es por eso que puede sanarnos, consolarnos, que nos puede
levantar.
Salmos
147:3.- Él sana a los que tienen roto el
corazón, y les venda las heridas.
Espera en El, búscalo a Él en el
dolor del pasado y te devolverá la esperanza y las ganas, el deseo de vivir... Volverá
el gozo y la alegría. Llegara el consuelo.
Mateo
5:4.- Bienaventurados los que lloran,
porque ellos recibirán consolación.
A pesar el dolor... la esperanza esta...
Seremos consolados, nos sentiremos amados y el dolor pasara...
“Es Dios”
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