En los últimos
días he meditado largamente sobre la época decembrina, el tiempo de navidad. He
disfrutado enormemente unas cortas, pero muy amorosas vacaciones con mi familia.
Pero este tiempo también ha servido para ver las actitudes y comportamientos de
las personas que pasan por mi lado, concentrados en lo que hacen, personas con
las que he conversado y especialmente he analizado la actitud de algunas que no
están de acuerdo con la navidad y lo que significa, y en especial en lo
comercial que son estas fechas.
Ahora
bien, estoy de acuerdo con que algunas personas no la vean con el mismo “ojo” con
el que yo las veo. Es su “libre elección” vivir esta época y su vida, como cada
quien quiere. Pero, lo que no puedo estar, es de acuerdo con quien quiere que
yo este forzadamente de acuerdo con su punto de vista, si este punto de vista
limita mi capacidad de disfrute de la vida que Dios me dio debajo del sol. Soy
de los que suelen aprovechar el disfrutar cada momento de mi vida. Esta fue mi elección
desde hace algo más de un año, disfrutar, disfrutar, disfrutar. Lo contrario es
sufrir o en menor grado amargarse o aun más en menor grado, perderse la
oportunidad de disfrutar algo. Todo lo que se hace en la vida debe traer un beneficio,
y no se trata solo de dinero. Debe traer algo que edifique, que te ayude a
crecer, si algo no sale bien, nosotros como creyentes debemos recordar que “para los que aman a Dios todas las cosas nos ayudan para
bien”. Debemos recordar que debemos estar gozosos o “debemos tener sumo gozo cuando pasemos por diversas
pruebas….” Debemos recordar que “la gloria
postrera es mayor que la primera” o sea cada vivencia siempre, siempre
debe traer, y trae algo positivo. El analizar la actitud ante la navidad, de la
inmensa diversidad del comportamiento humano es largo, puede ser hasta tedioso
y a veces hasta deprimente escribirlo. Pero voy a enfatizar esta temporada, en
dos de estas actitudes.
La
navidad debe ser tiempo de regocijo, de alegría. Tiempo para aprovechar, debido
al lapso de asueto, el que podamos reunirnos con aquellos que no hemos podido
ver, ni abrazar en todo el año. Es tiempo de dejar salir la alegría. Tiempo de
perdonar, de reconciliarnos, de mostrar el verdadero propósito del nacimiento,
la vida, la muerte y resurrección de JESUS,
EL SALVADOR. Tiempo de mostrar LA
COMPASIÓN Y EL AMOR, que Él nos dejo como ejemplo y enseñanza. Tiempo de
ayudar al necesitado, al que no tiene, tiempo de enseñar con nuestro
comportamiento al que no sabe, que debe ayudar. Tiempo de enseñar “que es mejor dar que recibir” Tiempo de celebrar
recordando, como debemos hacerlo todo el año, pero en especial en estos días, que
DIOS mismo envió a los ángeles
y algunos pastores que fueran al pesebre
donde nació JESUS y contactaran en
primera persona que EL MESIAS había nacido,
y que alabáramos y celebráramos ese momento (Lucas
2).
La
segunda y para mí la más importante de todas las razones es que debe ser tiempo
para autoevaluarse, hacer cuentas, aprender de lo vivido en el año y “resetearse”
para una nueva etapa. Para un nuevo comienzo. Yo acostumbro antes de que se
acabe el año hacer una lista de lo que quiero lograr para el año siguiente y
establecer un plan de acción, en el que por supuesto no puedo dejar por fuera a
mi principal socio, a MI PADRE. Y
cuando apenas empieza el nuevo año lo encomiendo todo a ÉL. Establecemos un plan de acción y entonces……A VIVIR. Es cierto todo no fue bueno. Es así. Pero alégrese, porque
cuando llegue el primero de enero usted podrá decir ¡¡GRACIAS SEÑOR, MATRICULE!! ¡¡TENGO UNA NUEVA OPORTUNIDAD!! ¡¡AHORA SI!!
Me
gusta mucho, y a quien no, este versículo:
Lamentaciones 3:22-24.- El gran amor del Señor nunca se acaba, y su compasión jamás se agota. Cada mañana se renuevan sus bondades; ¡muy grande es su fidelidad! Por tanto, digo: "El Señor es todo lo que tengo. ¡En él esperaré!" (Versión NVI)
Esto es
lo mismo que recitan muchos cristianos, “nuevas son
sus misericordias cada mañana”. Pero lo más sorprendente de este verso,
es que fue escrito por el profeta Jeremías, ese mismo, el llorón, cuando veía a
la ciudad de Jerusalén desolada y destruida por los caldeos y comparaba este
hecho con el sufrimiento que él mismo estaba padeciendo (Lamentaciones 3:1-21). Todavía en medio de ese trance él se atrevió
a confiar en EL SEÑOR, PORQUE ERA TODO
LO QUE TENIA. Nosotros debemos tener la misma actitud. No es que no importe
lo que nos paso, pero es mucho más importante el saber que hay un nuevo día,
hay un nuevo año, HAY UN NUEVO COMIENZO,
hay una nueva oportunidad para empezar a ser exitoso. ¿Empezamos algo y
fracasamos? sigamos adelante. ¿Nos ofendieron, nos hirieron? perdonemos y
sigamos adelante. ¿Caímos? levantémonos y sigamos adelante. Porque tenemos al SEÑOR, es lo principal, es lo único que
tenemos. No en vano dice:
2 Corintios 5:17.- De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
Pero más
me gusta:
Isaías 43:18.- No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad.
DIOS es especialista en hacer todo
nuevo cada día, gracias a JESUS, a
ese que nació un día y murió y también resucito solamente por bondad, por compasión,
por misericordia, por AMOR. Escuche
una canción en estos días, llamada día a día, y en una de sus estrofas dice: “El
que nunca ha fracasado, jamás trato. El que nunca ha pecado, jamás vivió. El
que nunca ha perdonado, jamás amo” Y yo le añado “el que no ha disfrutado jamás
decidió”
La vida
es un día a día, Nos levantamos en la mañana, vivimos el día, nos acostamos y
nos levantamos al otro día….a seguir viviendo…Lo que paso ayer es noticia
vieja, es periódico de ayer, y no es que lo olvidemos, pero es mas importante el hoy, lo que podamos
hacer ¡HOY! Puede que no se vea tan
bueno lo que está pasando, lo que está viviendo, pero le garantizo que para
usted que es creyente, mañana, o el mes que viene o el año que viene será mejor.
Procuremos vivir feliz, decidamos disfrutar la vida, no hay nunca una sola opción,
escoja la que le proporcione la mayor “suma de felicidad posible”. Y al igual
que cualquier época, la época decembrina o “navideña” también la podemos
disfrutar. Hágala suya, a su modo y decida ser FELIZ. Total, tenemos al SEÑOR,
y si lo tenemos a ÉL lo tenemos TODO.
¡Ah! Por
cierto, ¿Ya hizo su lista de peticiones para el año que viene?
Autor: El mismo superhéroe que ha escrito los anteriores y
disfruta cada momento de su vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario