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viernes, 21 de diciembre de 2012

ES TRISTE, REFLEXIONEMOS… PERO HAGAMOS ALGO

La noticia ha circulado alrededor del mundo en los últimos días.
“Este viernes, Adam Lanza, un joven de 20 años, asesinó a 26 personas en un colegio Sandy Hook la localidad estadounidense de Newton (Connecticut). Entre las víctimas hay 20 niños de entre 5 y 10 años”.
Más allá del análisis y  las primeras conclusiones que ha originado este  lamentable hecho, en el que ha influido en principio el uso ilegal de armas de fuego por parte del joven, armas que pertenecían legalmente a su madre, y el uso intensivo de los videojuegos de guerra, los comentarios sobre el caso no han cesado y seguro estoy, que falta mucho por escribir sobre este hecho. El exgobernador de Arkansas, Mike Huckabee, expreso:
Todo el mundo tiene la culpa de estos sucesos, de algún modo u otro. Hemos echado a Dios de nuestras escuelas. ¿Debería sorprendernos que las escuelas se hayan convertido en una carnicería porque las hemos convertido en un lugar donde no queremos hablar sobre la eternidad, la vida, la responsabilidad y la redención?, preguntó. No deberíamos recurrir a Dios sólo después de una matanza, según Huckabee, sino conectar con él en todo momento de nuestras vidas”.
En el hecho falleció Victoria Soto, una maestra cristiana de origen puertorriqueño que logró salvar la vida de 17 de sus alumnos, al interponerse entre ellos y el asesino. Otra mártir mas, que dio su vida por salvar a otros, salvar a los que amaba.
Pero el día de ayer,  llego a mi teléfono, un comentario a través de la mensajería de texto, de una gran amiga, Belkis Quijada, corto pero muy centrado sobre este hecho y el cual reproduzco fielmente en su totalidad.
“En días pasados sucedió en una escuela de EEUU, una tragedia que se supone nunca debió pasar. Se supone que enviamos nuestros hijos a la escuela a aprender, a crecer. Nunca imaginamos que en ese lugar nuestros hijos encontraran la muerte....Este mundo va hacia caminos difíciles. La Palabra de Dios dice que cerca del fin de todo se enfriara, el amor, y lo estamos viendo ante tanta maldad, decidía, corrupción, ambición y tantas otras cosas que van apagando la solidaridad, la comprensión, la tolerancia, y el amor, aun cuando Dios ordeno que nos amaramos... Solo Dios que nos amo primero podrá detener el camino hacia la destrucción. Solo su gran misericordia podrá salvarnos de la soledad y del vacío del desamor. Si miráramos hacia arriba y pidiéramos a Dios que nos sane de tanta maldad, el sanaría nuestras vidas, porque lo prometió y algún día estaremos en ese lugar que prepara con tanto amor para ti y para mí. Pero mientras esperamos no dejemos de dirigirnos a Él, de amar a nuestros semejantes aun cuando el mundo nos rechace. De nuestra perseverancia depende nuestra vida eterna en la patria celestial donde no hay dolor ni tristeza...”
Sucesos como este, deben marcar la vida de las personas con corazón sensible. Pero no debe quedar allí. La reflexión, debe traer consigo alguna acción. Debe hacernos mover en alguna dirección.
En tiempos como este que deben ser de regocijo, donde muchas personas celebran o recuerdan el nacimiento de JESUS, las familias de los 27 fallecidos necesitan muestras de solidaridad. Pero es ahora, que nosotros que conocemos la VERDAD, debemos hacérselas saber a quien no la conoce.
Lucas 2:6-11.- Mientras estaban en Belén, a María le llegó la hora de tener su primer hijo. Como no encontraron lugar en ningún hotel, los dejaron pasar la noche en una casa, en el lugar donde se cuidan los animales. Cuando el niño nació, María lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre.   Esa misma noche, unos pastores estaban cuidando sus ovejas cerca de Belén. De pronto, un ángel de Dios se les apareció, y la gloria de Dios brilló alrededor de ellos. Los pastores se asustaron mucho,   pero el ángel les dijo: "No tengan miedo. Les traigo UNA BUENA NOTICIA que los dejará muy contentos:
¡SU SALVADOR ACABA DE NACER EN BELÉN! ¡ES EL MESÍAS, EL SEÑOR!
Hagamos algo, HABLEMOS DE JESUS. El es el único que puede salvar al mundo….Te animas…. 

Autor: Alguien a quien JESUS salvó.


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