Rememoraba
mis días de principio de la adolescencia, cuando en contra de mi gusto fui
enviado a estudiar en un instituto militar cuando solo tenía 10 años, debido
principalmente al deseo de mi madre por tener un hijo militar y también buscando la forma a
través de la disciplina forzada, de que yo fuera en el futuro un hombre de
bien. La experiencia durante los próximos tres años no fue para nada placentera.
La inculcación de la disciplina se hacía de manera cruel, bajo un clima de insultos
y amenazas que casi siempre llevaba al cumplimiento de un castigo. Recuerdo una
ocasión en la que todo el componente estudiantil de alrededor de unos 1200
alumnos, fuimos sometidos durante toda la noche a una sesión de ejercicios físicos.
Fue una noche de enorme aprendizaje. Vi y sufrí en carne propia los vejámenes y
castigos a lo que eran sometidos niños y jóvenes entre 10 y 16 años, solo por
el hecho de que alguien, un militar con rango de capitán, se le “antojo”
realizar esta práctica con el propósito de que adquiriéramos disciplina, pero
en el fondo era un mensaje que indicaba que estábamos a merced de sus ordenes y
si no cumplíamos sus deseos de manera inmediata e inclusive con rostro
forzadamente agradable, eso significaría un castigo físico y psicológico
mayor. Los deseos y órdenes de las
autoridades debían ser inobjetablemente cumplidos. A la promulgación por parte
de cualquier autoridad de la frase ¡¡¡Atención, Firmes!!! Todos los que
estuvieran cerca y que escuchaban esa orden, debían parase firmes y dispuestos
a escuchar la próxima instrucción para ser cumplida de forma inmediata. No
pasaron muchos días para mostrar mi desagrado por la forma deshumanizada de
lograr en nosotros esa disciplina en la que todos sin excepción deberíamos
estar dispuestos para lo que se les
antojara a estas autoridades. Fueron tres años larguísimos y si, lograron algo,
llevarme a una realidad: lo que uno haga debe hacernos sentir bien. Hoy hago un
repaso sobre mi vida, creo que ahora estoy en el mejor momento y recuerdo
aquellos años y muchos otros que vinieron después y que han ido dibujando un
camino que no se ha terminado y que aun en medio de todo tipo de circunstancias
me permiten avizorar un futuro hermoso en que la vida puede y depende de
nosotros que sea así, que sea una vida plena, enormemente satisfactoria. La
autoridades que hemos tenido y nuestra interrelación con ellas, si la miramos
con detenimiento analítico trae siempre consigo una experiencia edificante. Aun
cuando hayamos sufrido, aun cuando esa relación nos llevara obligadamente a
realizar cosas que no eran del todo agradables y con ello los resultados
conseguidos eran más, producto del terror que del amor. Debíamos en esas
relaciones anormales estar disponibles, estar firmes, sujetos a los deseos
caprichosos, complacientes y hasta morbosos de alguien, que ya había pasado por
el mismo trance, por el mismo camino por el que debían pasar la gente que año a
año ponían a su “disposición” y que tenía antes que nada un deber, enseñarnos a
ser hombres “de bien”, obedientes, ejemplares, disciplinados, modelos de
sociedad, hombres que supiéramos entender cuál era la esencia de la vida.
Hoy me
alegro, estoy inmensamente feliz, porque esa gente sin saberlo, acertadamente
lo lograron. Fueron importantes cada experiencia, cada vivencia. Hoy puedo
decir: VIVO, pero gracias a que
ellos me llevaron a tomar una decisión, ahora sí de manera voluntaria. Me
llevaron a la decisión de conocer a JESUS. El autor y consumador de la fe.
El propulsor de esta vida que llevo. El que me permitió decidir libremente y de
manera voluntaria, ESCOGER LA VIDA.
Escoger HACER LO BUENO. Escoger ser FELIZ. Solo pensar en EL me hace estar dispuesto, me hace
decir: HEME AQUÍ. Me hace estar disponible para toda buena obra. Algunos no lo
entenderán pero si se proponen conocer a JESUS,
a MI JESUS…Sera también de ellos y
eso traerá el mismo régimen de felicidad y paz, el mismo sentir de vida que no
solamente siento yo, sino muchos que han decidido seguirlo por voluntad propia.
Arriésguese a conocerlo en profundidad. EL
está dispuesto y disponible para todos, de manera gratuita y sin costo alguno y
eso hace que yo en retribución y por amor esté dispuesto y disponible para EL. Estaré disponible siempre, estaré
dispuesto a ser enviado, para hacer conocer a otros, con firmeza lo que me ha hecho feliz,
para que ellos también lo puedan ser. HEME AQUÍ….ESTOY VIVO……. QUE FELIZ SOY……. ¿Y ustedes? ¿Qué harán ustedes?
1 Corintios 15:58.- Por tanto, mis amados hermanos, estén firmes, constantes, abundando siempre en la obra del Señor, sabiendo que su trabajo en el Señor no es en vano.
Deuteronomio 30:14.- Porque muy cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón, para que la cumplas. Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal; porque yo te mando hoy que ames a Jehová tu Dios, que andes en sus caminos, y guardes sus mandamientos, sus estatutos y sus decretos, para que vivas y seas multiplicado, y Jehová tu Dios te bendiga en la tierra a la cual entras para tomar posesión de ella.
Isaías 6:8.- Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí.
Autor: Uno más del club de la felicidad….
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