La
alegría debe ser parte visible de la vida del creyente. Dios dice en:
Filipenses 4:4.- Alégrense (regocijaos) siempre en el Señor. Repito: ¡Alégrense!
Soy
padre de familia y el mejor deseo para mis hijos es que ellos sean felices,
sana y permanentemente. Y para eso, suplo un menú de opciones dirigidas por mí,
en las cuales mis hijos puedan disfrutar en el transitar de su vida. Así es DIOS. Establece que disfrutemos de esta
vida que EL nos dio con un menú de
opciones, entre ellos el que hagamos todo decentemente y en orden, de manera apropiada, digna, correcta, decorosa, sin
excesos que nos lleve a actuar inconscientemente.
1 Corintios 14:40.- pero hágase todo decentemente y con orden.
Y para garantizar eso, nos recomendó que “disfrutáramos sanamente del fruto del trabajo que nos
dio, debajo del sol” y que todo lo hiciéramos como para EL y en EL. Disfrutar trae consigo
alegría, diversión y eso me lleva a pensar en las fiestas, en las
celebraciones. Y en lo importante que es para DIOS que celebremos y disfrutemos de las cosas buenas de la vida
que EL nos da y que lo hagamos
sanamente. Celebrar bautizos, bodas, graduaciones, cumpleaños, así como lo
leen, aun cuando hay gente que estigmatizan estas celebraciones porque no
aparecen tajantemente en la Biblia. La religiosidad de algunos ha ocasionado un
gran daño en los creyentes neófitos, tratando de imponer un contexto en el que
disfrutar “en el Señor” es solamente realizable en el circulo físico de la
Iglesia, cuando solamente el hecho de estar vivos o que la familia nos visite y
estemos juntos, de manera unánime, en un mismo sentir, con todas las cosas en
común es razón suficiente para que celebremos de manera apropiada, en libertad,
compartiendo una comida, disfrutando una película, rememorando las buenas cosas
pasadas, celebrando un año más de vida, celebrando que un día nacimos para
vivir, para vivir alegremente y que aun cuando un día no estemos físicamente,
la promesa de vida eterna será cumplida, y eso hará que el dolor de nuestros
familiares sea menor porque sabrán que en algún momento nos encontraremos para
no separarnos más. Pero mientras tanto celebremos, disfrutemos la vida. Y sé
que no hay tiempo, ni dinero para hacerlo permanentemente, porque hay que
trabajar, estudiar, descansar, hay que dar ayudar a los demás que también es
una forma de disfrutar, pero los banquetes fueron parte de la vida de JESUS.
Es más, cuando JESUS nació, todo fue
una fiesta en la que estaban los padres, los pastores, los ángeles y por
supuesto, DIOS mismo estaba allí.
Porque celebraban con mucho júbilo, con alegría porque no era para menos, se
había cumplido la profecía, había nacido EL
MESIAS, el que los salvaría (Lucas
2:1-20). No, No era para menos, JESUS nació, vivió, murió por todos
nosotros y resucitó para que nosotros al nacer también pudiéramos resucitar al
cumplir nuestro ciclo de vida. Como no celebrar juntamente con CRISTO, en el SEÑOR, que hemos nacido para vivir felices, para disfrutar en esta
vida que llevamos aquí en la tierra como preámbulo a la celebración eterna que
tendremos en el cielo. Los religiosos nos criticaran pero dice:
Colosenses 2:15-18.- Dios despojó de su poder a los seres espirituales que tienen potencia y autoridad, y por medio de Cristo los humilló públicamente llevándolos como prisioneros en su desfile victorioso. Por tanto, que nadie los critique a ustedes por lo que comen o beben, o por cuestiones tales como días de fiesta, lunas nuevas o sábados. Todo esto no es más que la sombra de lo que ha de venir, pero la verdadera realidad es Cristo. No dejen que los condenen esos que se hacen pasar por muy humildes y que dan culto a los ángeles, que pretenden tener visiones y que se hinchan de orgullo a causa de sus pensamientos humanos (carnales).
No podemos dejar que los religiosos autoritarios,
nos quiten el derecho de disfrutar sanamente y con legitimidad de lo que DIOS nos ha dado. Por mi parte, aprovecho
cualquier excusa para reunirme con las personas que amo y que son muchas, eso
sí, de manera apropiada, decente y ordenadamente. En una playa, en un centro
comercial, un restorán, un evento…..en la Iglesia…. Cualquier sitio es bueno,
siempre que sea en el Señor, con conciencia. Y si confiadamente me siento bien,
si siento que mi corazón no me acusa, entonces estoy haciendo lo que a EL le agrada.
1 Juan 3:18-22.- Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad. Y en esto conocemos que somos de la verdad, y aseguraremos nuestros corazones delante de él; pues si nuestro corazón nos reprende, mayor que nuestro corazón es Dios, y él sabe todas las cosas. Amados, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios; y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él.
Que si día del padre, madre, niño, cumpleaños,
boda, graduación, un nuevo trabajo, un éxito puntual, reencuentro con un amigo,
un pecador que se arrepiente, un servicio de celebración, reuniones de
adoración y hasta en medio del dolor, el funeral de un creyente, aprovechen para
dar, para “practicar el dar” (Lucas 6.38). Dar, no necesariamente
regalos, dar amor, dar afecto fraternal, dar perdón, dar compañía, dar
fraternidad, dar felicidad, dar a CRISTO,
dar a conocer el gozo que me
produce saber que un día naci y fui escogido para triunfar, para ser feliz, para
vivir eternamente. “Mas bienaventurado es dar”
Mas feliz, mas disfruta, mas celebra el que da. Vivo proclamando que soy
alegre, que me regocijo siempre……en el SEÑOR….
Autor: El mismo superhéroe anterior….