¿Cómo sabes cuál es la necesidad de una sociedad? No lo sabrás, si no te confrontas a ti mismo con esa sociedad….
Tuve la oportunidad de visitar junto a unos hermanos y
amigos que cordialmente me invitaron a un recinto carcelario donde hay mujeres
privadas de su libertad física. Y al estar en ese lugar y encontrarme entre
aquellas mujeres, mi vida fue tocada en la fibra más profunda de mi ser. Pero
no fue solo por el hecho de sentir lástima o compasión por la condición en la
que ellas estaban, porque debo reconocer que no es nada de lo que me imaginé o
los que muchos suelen imaginarse; fealdad, podredumbre y todo eso que sabemos
que pasa por nuestra mente…. No, esas mujeres estaban bien acicaladas, no
todas, pero muchas de ellas estaban bien arregladas, bonitas y perfumadas. Lo
que más me tocó y me desgarró fue el hecho de estar frente a la realidad,
frente a la necesidad, frente a lo que realmente es el mundo, la vida fuera de
las cuatro paredes de un templo, de una congregación, de una iglesia, asamblea
o como quieran llamarlo. Allí estaba yo, junto al grupo de hermanos que me
dieron la bendita oportunidad de acompañarlos a ese lugar, aparentemente frío y
malo, pero donde se respiraba transformación y esperanza, incluso hermandad y agradecimiento
y sobretodo la necesidad de escuchar hablar de JESÚS. Ninguna de esas mujeres privadas de libertad son mis amigas
de la infancia, parientes cercanas o lejanas, no se congregan conmigo en la
misma iglesia… Lo que si son, todas ellas es la valiosa oportunidad de
compartir la verdad de DIOS, la
responsabilidad de cada creyente, pastor, líder, maestro, evangelista, profeta,
apóstol, la responsabilidad de cada uno que se llame a sí mismo “evangélico”, no
es que JESUCRISTO haya impuesto esa
responsabilidad como una carga dura de llevar, difícil o imposible. Sino como
dice un gran amigo: “llevar la dulce carga” de mostrar a JESÚS, de llevar a CRISTO
a todo lugar, no solo a aquellas mujeres (Mateo 11:29-30). Esta es una “dulce carga” que
debemos llevar porque fue una orden que Él
nos dejó. Fue su mismo clamor, el clamor de su corazón:
Mateo 28:19-20.- “Por tanto, ID, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; ENSEÑÁNDOLES QUE GUARDEN TODAS LAS COSAS QUE OS HE MANDADO; y he aquí YO ESTOY CON VOSOTROS TODOS LOS DÍAS, hasta el fin del mundo. Amén”
Nos dio a entender que ÉL
se iba al cielo, pero que quedamos nosotros… Nos encomendó que siguiéramos sus
pasos y lleváramos las buenas noticias que transforman a los perdidos, a los afligidos,
a los enfermos, a los rechazados, a los menospreciados y viles de este mundo, a
los que nadie quiere, ni dan nada por ellos…. A esos nos mando: “DÍGANLES LA
VERDAD, SÁQUENLOS DEL ERROR, QUITENLES EL VELO, SAQUENLOS DE SU VERGÛENZA,
ENSEÑENLOS A VIVIR CORRECTAMENTE, MUESTRENLES Y ENSEÑENLES A SER FELICES,
VAYAN, HAGANLO Y QUE NADA LOS DETENGA” (Isaías 61:1-4)…
Y nos prometió, nos dio la seguridad plena de que estaría con nosotros si lo
hacíamos así. ¿Saben qué? Ellas no están presas, ellas están allí, temporalmente
cumpliendo un castigo por algún delito, quizás suena trillado pero la verdadera
cárcel es la interna, la propia, la mental, la del alma…. La que nos hacen y la
que nos dejamos hacer al dejar que nos estereotipen, nos etiqueten, y así nos
dejamos encapsular. Los verdaderos presos somos nosotros cuando nos dejamos
llevar por reglas humanas, vanas y vacías, sin ninguna legitimidad, que no
tienen ningún fin sino satisfacer el ego de algunos. Yo me sentí presa, más que
ellas, al no poder hacer más, al no poder quedarme más tiempo, al no poder
suplir más sus necesidades, al no poder abrazarlas más y hablarles más de esa
verdad que un día me liberó a mí. Esa verdad que en ese momento se hizo más
rema en mí. ¿Qué hacer con un talento, si no lo usas? (Mateo 25:14-46)… Creo que sé la
respuesta: PONLO A TRABAJAR Y NO DEJES QUE NADA, NI NADIE TE DETENGA….
“ID” fue la
orden, dulce pero firme…. Y si nos consideramos discípulos de CRISTO, entonces es mejor obedecer a DIOS antes que a los hombres….
Desde ese viernes lluvioso mi conciencia cambio, mis
prioridades cambiaron. Tengo ansiedad ahora, pero por hacer la voluntad de DIOS, por servirlo y deleitarme en mi DIOS y mi Creador. El que me formó,
pero también me ungió, me escogió para esto y ¿saben qué?
¡YA NO DEJARÉ QUE NADIE ME DETENGA!
Autor: A.O.D.S… la
nueva heroína… Otra más en la liga de la justicia…
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