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viernes, 5 de abril de 2013

NOVENO PRINCIPIO….EL LAVAMIENTO EN JESUS….BAUTISMO

Bautismo, inmersión. Eso es lo que significa en griego, zambullirse.  Y al igual que cualquier aspecto de la vida cristiana, solo por su relación con JESUS, causa controversia. JESUS era y es así, controversial. He redescubierto en los últimos días, lo controversial, lo tenaz, lo osado, lo radical de JESUS. Pero también lo obediente, como marca de fábrica en su historial de vida. Lo que hace concluir en mi humilde forma de pensar, que es eso precisamente le da la legitimidad a su legado. La obediencia fue su esencia de vida. Sabía que debía obedecer al que lo envió, hacer su voluntad y para eso utilizo también como medio, las leyes y los ritos ortodoxos judíos como elementos estratégicos para cumplir con su misión.
El lavamiento por inmersión formaba parte de las tradiciones de esa ortodoxia. Y fue utilizado en varias oportunidades con un trasfondo y una connotación espiritual, para sacar un resultado relevante. La restauración, la renovación del individuo. Y así lo registra la historia y La Biblia.
2 Reyes 5, cuenta el episodio de Naaman cuando fue mandado a zambullirse siete veces en el rio Jordán para ser limpiado de la lepra.  En 2 Crónicas 4, los sacerdotes judíos se lavaban en un pozo como requisito indispensable para llegar al templo. Levítico 14, el agua era parte del ritual ordenado a Moisés para que los leprosos fueran aceptados nuevamente en su comunidad. Y así otras historias, tanto antes como después del nacimiento de JESUS.
JESUS como judío, sabía que ese ritual, el lavamiento, era importante. De todas, todas, le daría un peso de legitimidad entre los suyos. Pero…ÉL le dio su toque personal y divino. Que por cierto su primo Juan el Bautista, ya lo había iniciado. El lavarse las manos, lavarse el cuerpo es un acto de limpieza referido a quitarse lo sucio, quitar la inmundicia, lo que nos contamina. Y eso hizo JESUS, utilizarlo como elemento de purificación para quitar el pecado, la inmundicia en el ser humano. EL vino a quitar el pecado del mundo, y lo anuncio anticipadamente, de manera simbólica a través de la “purificación” por el contacto con el agua, previo reconocimiento por parte del protagonista de su suciesa corporal interior, de su contaminación, del pecado. Vale decir, arrepentimiento. Pero ese era un preámbulo. Lo llevo más allá. Era la similitud de lo que iba a ser el clímax del cumplimiento de su misión. Era la representación de su victoria en la cruz, al morir en ella, bajar y sumergirse, zambullirse en las profundidades, donde estaba lo malo, en el infierno durante tres días y emerger de ese fondo hacia la luz, en una resurrección que tenía un fin: Soy el hombre resucitado, el que les garantiza una nueva vida. “Emergí y triunfe” “VENCI” “Ahora ustedes también puede triunfar, pueden emerger, resucitaran conjuntamente conmigo” “Tendrán vida, salvación”. Y así lo dice:
Romanos 6:3-5.- ¿No saben ustedes que, al quedar unidos a Cristo Jesús en el bautismo, quedamos unidos a su muerte? Pues por el bautismo fuimos sepultados con Cristo, y morimos para ser resucitados y vivir una vida nueva, así como Cristo fue resucitado por el glorioso poder del Padre. Si nos hemos unido a Cristo en una muerte como la suya, también nos uniremos a ÉL en su resurrección
Como JESUS, lo hizo, así también lo mando a hacer en la famosa y reconocida comisión a los discípulos.
Mateo 28:18-19.- Jesús se acercó a ellos y les dijo: Dios me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. Vayan, pues, a las gentes de todas las naciones, y háganlas mis discípulos; BAUTÍCENLAS en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo,
¿Es necesario entonces el ser bautizado para ser salvo? No. Definitivamente NO. Porque solamente es por fe, por gracia. No se necesita nada más.
Efesios 2:8.- Pues por la bondad (gracia) de Dios han recibido ustedes la salvación por medio de la fe. No es esto algo que ustedes mismos hayan conseguido, sino que es un don (regalo) de Dios.
Creer en JESUS. Es suficiente. Creer en lo que ÉL hizo, en su obra, y hacer lo que EL hizo nos llevara definitivamente a ese lugar deseado. A donde hay verdadera paz, donde no hay dolor, donde no hay nada malo, ni carencia de nada bueno, EL CIELO. Y lo mejor, donde esta DIOS, donde EL lo llena todo. Pero es a través de JESUS, en su nombre, en lo que hizo y que nosotros debemos hacer también. Y eso incluye el bautizarse, no porque salva sino porque es una reafirmación de nuestra fe. En Mateo 28, se reafirma la instrucción mayor que garantizaría la notificación del mansaje de salvación a todo el mundo, diciendo lo siguiente:
Mateo 28:20.- Y enséñenles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Por mi parte, yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.
Con la garantía de que El mismo estará presente durante la difusión del mensaje. JESUS fue claro. “Si hacen las cosas que yo hice, si obedecen respecto a los que le he enseñado, obtendrán: Salvación, Vida eterna, Legitimidad, Credibilidad, Respeto, Prosperidad, Abundancia, Salud, Paz, aun en medio de las dificultades, Satisfacción, Victoria, triunfo, Indestructibilidad, Una gran familia, Protección” ¿Maravilloso? ¿Cierto? Hay más. Hay todo un libro de instrucciones, de recomendaciones. La Biblia. Esa que dice:
Marcos 16:14-18.- Luego, Jesús se les apareció a los once discípulos mientras ellos comían. Los reprendió por su falta de confianza y por su terquedad; ellos no habían creído a los que lo habían visto resucitado. Jesús les dijo: Vayan por todos los países del mundo y anuncien las buenas noticias a todas las personas. Los que CREAN en mí y se BAUTICEN serán salvos. Pero a los que NO CREAN en mí, yo los voy a rechazar (serán condenados). Los que confíen en mí y usen mi nombre podrán hacer cosas maravillosas: Podrán expulsar demonios; podrán hablar idiomas nuevos y extraños; podrán agarrar serpientes o beber algo venenoso, y nada les pasará. Además, pondrán las manos sobre los enfermos y los sanarán".
Es una cuestión de ganas de hacerlo, de querer hacerlo. Si creemos, haremos lo que dijo JESUS. Pero si no nos bautizamos, igual seremos beneficiarios del resultado de afiliarnos al club de la salvación POR CREER en JESUS, pero basta con NO CREER, como dice el verso anterior para que estemos fuera del club de los salvos y estemos en el club de los perdidos, de los condenados. Suena duro, pero es así de sencillo. Es la fe lo que garantiza la salvación, no la presencia o la ausencia del ritual del bautismo. Después de las palabras de JESUS en Marcos 16:14-18, les reafirmo su legitimidad, cuando pudieron ver, ahora sí, hacia donde fue JESUS:
Marcos 16:19.-  Cuando el Señor Jesús terminó de hablar con sus discípulos, Dios lo subió al cielo. Allí, Jesús se sentó en el lugar de honor, al lado derecho de Dios.
No les quedo otra salida a los discípulos, ya lo habían visto todo. Conocían ya adonde irían ellos también. No les quedo otro remedio y salieron a hacer su trabajo. A cumplir su misión heredada.
Marcos 16:20.- Y los discípulos, por su parte, salieron a anunciar por todas partes las buenas noticias del reino. El Señor Jesús los acompañaba y los ayudaba por medio de señales milagrosas, y así Dios demostraba que los discípulos predicaban el mensaje verdadero. Amén.
Hacer lo mismo que hizo JESUS, mas allá de ser considerado un ritual, nos da satisfacción, alegría, porque estamos con la certeza de que vamos por buen camino y de paso, reafirmamos nuestra vocación. Es la satisfacción de que sabemos hacia dónde vamos, de la mano de JESUS, haciendo cosas maravillosas. Es la satisfacción de ir por un camino marcado por la verdad….. Es la satisfacción de ir por un camino que nos lleva a la vida…… LA VIDA ETERNA.
Juan 14:4-6.-  Ustedes saben el camino que lleva a donde yo voy." Tomás le dijo a Jesús: Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo vamos a saber el camino? Jesús le contestó:
YO SOY EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA.
Solamente por mí se puede llegar al padre.
Solamente por JESUS, se puede llegar al cielo. Lo mostro, lo demostró y lo sigue haciendo. Entonces, ¿Por qué no seguirlo? ¿Por qué no bautizarse? ¿Por qué no participar de la Santa Cena? ¿Por qué no sentarse a comer con los pecadores? ¿Por qué no ser generoso? ¿Por qué no ayudar al necesitado? ¿Por qué no suplir la carestía del pobre? ¿Por qué no ayudar a la viuda, al huérfano, al extranjero? ¿Por qué no soportar las aflicciones? ¿Por qué no evadir la persecución? ¿Por qué no tener gozo en medio de la prueba? ¿Por qué no morir por las personas que amamos? ¿Por qué no tomar el camino al cielo? ¿POR QUÉ NO SEGUIR A JESUS? Si es tan bueno………
Autor: Un superhéroe, enfocado, sabiendo a donde va….



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