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jueves, 24 de julio de 2014

QUIEN NO... CUAL ES, EL QUE NO HA CAIDO...

1 Corintios 10:12.- Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.
La vida está llena de tropiezos. No hay nadie, ni siquiera uno que en algún momento no haya experimentado la caída. Es más, estoy convencido que esa experiencia de la caída, en los cristianos conscientes, es cada día y en algunos hasta de manera regular. Todos en algún momento caemos y tristemente, en la medida que avanzamos en la vida cristiana, en ruta hacia una mayor madurez, el peligro no disminuye, y me atrevo a asegurar, que aumenta. Por lo que la lucha es mayor a medida que pasan los años, pero siempre está latente el riesgo de “caer”. Mentimos, idolatramos, fornicamos, maldecimos, murmuramos, nos quejamos, vociferamos, nos adulamos, pensamos mal en nuestro corazón de nuestros hermanos, ¡¡¡Juzgamos!!! Es más, el juicio es una práctica en la vida de la mayoría. Y esto se opone a algo fundamental, en la relación equitativa y equilibrada entre los creyentes. Se opone a la correcta afirmación de la pregunta, ¿A quién ayudamos? ¿Cuándo levantamos? ¿Cuándo ayudamos a restaurar? ¿Cuándo aplicamos la misericordia? Esa que debe estar por encima de la justicia.
Amar al pecador, es el slogan... Y no estoy diciendo que toleremos el pecado. Pero dentro de la doctrina del juicio, dentro de la práctica del juzgar, debe imponerse el que debemos ayudar en todo momento al hermano que esta caído, porque nosotros también hemos experimentado la caída y más aun, no estamos exentos de volver a caer. Es fácil, habituarse al juzgar, considerándonos “muy espirituales” y olvidando por completo la misericordia, olvidando por completo las propias vigas en nuestra vida. Es fácil... muy fácil...
Y DIOS lo sabe. Por eso, el verso aquel que dice “Si siete veces cae el justo, siete veces el SEÑOR nos levantara”. Principalmente el SEÑOR, tiene que ser EL, porque es triste decirlo, pocos son los que ayudan a levantar. Razón tenían los hermanos René Gonzales y Funky al cantar en aquella canción, que tiene como epíteto central, “Después de la caída, quien es el que queda, con intención de ayudarnos”...

Si queda, siempre queda... JESUS... Siempre estará allí para ayudarnos, para restaurarnos, para subirnos la autoestima, después de cada mentira, después de cada murmuración, después de cada juicio al prójimo, después de cada pecado, después de cada caída siempre queda, siempre esta JESUS.
JESUS, esencia y razón de la piedad, de la misericordia, le dice a sus seguidores:
Mateo 5:7.- Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
"Dichosos los compasivos, porque DIOS tendrá compasión de ellos”. No se pierda la oportunidad, de ser dichoso, bienaventurado, feliz, haciendo misericordia con el caído, pero más aun, recuerde que usted, yo, nosotros todos, caímos, estamos caídos o que caeremos. Y ruego a DIOS que no caigamos, pero seguro estoy,  al caer, DIOS estará allí para levantarnos, las veces que sea necesario.

Hagamos entonces de misericordia y recordemos quienes somos, porque todavía hay mucho camino que recorrer, porque todavía hay muchos tropiezos que esquivar.

DIOS les bendiga... Alabado sea CRISTO por los siglos de los siglos. 


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