INFO

miércoles, 26 de septiembre de 2012

SEGUIR ESTUDIANDO, SEGUIR CRECIENDO... SEGUIR LIBRE

Siempre he sido una persona que lee mucho. Leo la biblia, leo noticias, leo deportes, leo cultura general, leo mucha historia, e inclusive llego a pensar que leo a la gente. Preparándome para lo que estoy haciendo ahora como trabajo, mi esposa me dijo un día, ¿Te gusta estudiar? ¿Verdad? Esa pregunta, simple y coloquial me transportó a un momento especial, hace 26 años.

Terminaba de cursar mi carrera en la universidad, recibí mi título como Ingeniero Mecánico, y durante el ritual de celebración, depositadas unas cuantas botellas de vino en mi cuerpo, dije esta frase: “Gracias a Dios, ya termine. No estudio más”.

Esta frase la repetí unas cuantas veces más en el transcurso de mi vida. Para mí era una declaración de libertad. Yo había estudiado no porque realmente me gustara. Lo había hecho para complacer a mi amada madre, abnegada trabajadora, dedicada por completo a su familia y para darle en la cara a mi padre por el abandono de sus hijos durante 23 años. Poder restregarle en la cara a mi padre y a unos cuantos “amigos” de mi familia, el que yo no era ningún delincuente, en que, si tenía futuro, en que ya era un “Doctor”, como decían antes.


Mi madre, en contra también de lo que yo deseaba, me hizo un gran fiestón, en el mejor club de la ciudad, el más de moda, fiesta en la que me lucí. Llevaba un traje de liquilique, inmaculadamente blanco, tenía la atención exclusiva y picara de todas las muchachas de la fiesta que me consideraban ya la mejor opción matrimonial, incluida mi novia del momento, y sus amigas. Tenía la admiración de algunos hombres y la envidia de algunos otros, ya que de esa generación de “malandros” (Esa era la etiqueta que teníamos colocada de antemano por las personas mayores, hasta que pudiéramos graduarnos en una universidad), había sido el primero en lograrlo, no sin antes sortear algunas amenazas, como el intento frustrado de llegar a ser drogadicto (fume dos veces marihuana sin lograr sentir el “éxtasis”). El abandono de la universidad durante el segundo semestre, porque era mejor estar con mis amigos, jugando baloncesto todo el día, o robando algunas gallinas el fin de semana para hacer un sancocho que sabia  a gloria porque no nos costó nada,el enamoramiento de una muchacha tal cual diosa Venus, cuyo nombre Luz Marina, ya era más bonito que mi envestidura física, ya que yo era realmente feo, y no quería dejar escapar semejante bombón, porque, ¿Donde yo iba a conseguir algo más bonito que esa maravilla de mujer?, hasta la participación principal en un accidente de tránsito donde perdió la vida un niño de tres años. Este último hecho, enrumbó mi vida universitaria de una manera vertiginosa, hasta conseguir el ansiado título que me dio la libertad de ese compromiso, lo que me hizo exclamar, “No estudio más”.


26 años después, nada más alejado de esa sentencia, estudiar es una pasión en mi vida. Mi esposa, la cual es el mayor “bombón” que me he conseguido, atino completamente. Ha estado durante los últimos 20 años acompañándome y sabe más que nadie mi pasión por aprender leyendo o mejor decir, estudiando. Sin querer estudiar más, fui obligado. Dios por delante, por la circunstancias de los trabajos que he ejercido a realizar cursos de gerencia, supervisión, control mental, tecnologías nuevas, computación, desarrollo personal, doctrina cristiana, teología bíblica entre muchos otros temas y etc.


No me libere para nada de esa responsabilidad, pero el conocimiento adquirido me ha servido indiscutiblemente para experimentar la libertad  y  encontrar el camino hacia la necesaria madurez e ir logrando metas que me hagan ser cada día más y mejor persona

Hebreos 6:1.-  “Por eso, sigamos aprendiendo más y más, hasta que lleguemos a ser cristianos maduros. Dejemos de ocuparnos de las primeras enseñanzas que se nos dieron acerca de Cristo, y ya no sigamos hablando de cosas simples. Dejemos de hacer lo malo, sigamos a Cristo, y dejemos de pecar para no morir. Sabemos que debemos confiar en Dios”

Hace pocos días, redescubrí este versículo y estudiando me di cuenta que,  lo que  te da  libertad es accionarse en la verdad. Leer con ganas, leer con revelación lo hará descubrir la verdad. Usted lee su vida, las vidas de otros, la historia, y le hará sentir deseos por saber más,  porque la historia está llena de vida, la geografía está hecha de vidas y la historia, la geografía y la arqueología, validan la teología, que no es otra cosa que el conocimiento pleno de Dios. Y conocer a Dios es conocer su plan de salvación, conocer al Cristo.

Ligo el versículo anterior con este: 

Romanos 12:2.- “No vivan ya según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es perfecto”.

Si me hubiera quedado solamente con la “libertad” del título obtenido hace 26 años fuera un esclavo, de la frustración, de la decepción, de la inconformidad. Hoy cada vez que leo con revelación  aprendo, que cuando estudio, estoy dejando atrás lo básico, lo rudimentario de lo que aprendí, voy  avanzando, no conformándome con lo que veo, voy madurando. Ahora voy mirando lo que tengo adelante, voy renovando mis ideas, voy escudriñando todo, voy reteniendo lo bueno, dejando lo malo, voy cambiando mi vida, voy descubriendo e intentando nuevas cosas, haciendo nuevos planes, ejecutando y accionando nuevos sueños, voy alimentándome de la verdad, y recuerden:

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡LA VERDAD LOS HARA LIBRES!!!!!!!!!!!!


Les dejo esta pregunta, ¿Esta historia se parece en algo a la suya?


EL EVANGELIO, LAS BUENAS Y NUEVAS NOTICIAS…  CAMBIAN VIDAS.


Autor: El mismo Superhéroe anterior 

No hay comentarios:

Publicar un comentario