Cada día que pasa tengo una lucha constante con la
tendencia de lo que pienso, lo que deseo y lo que hago. Al despertar cada día
me dirijo a DIOS y le pido que me
ayude a ser como El quiere que yo
sea. En mi corazón, se cómo quiere DIOS
que sea, sin embargo al finalizar el día, al reflexionar, me cuestiono al darme
cuenta de que no fui como El esperaba.
Doy gracias porque DIOS ve y conoce nuestros
corazones, aunque esto no es licencia para hacer lo que no debemos. Me
identifico con Pablo en lo que escribió en:
Romanos 7:15.- No entiendo que me pasa, pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco.
No sé si a usted le ha sucedido y no sé si me entiende
lo que quiero explicar, el vivir en esta carne representa una batalla
permanente entre hacer lo bueno, lo que agrada a DIOS, y hacer lo malo o lo que es contrario a EL. Tenemos una condición pecaminosa que parece prevalecer sobre
nosotros. DIOS dice en su palabra:
Salmo 14:3.- Todos se desviaron, a una se han corrompido; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.
Y también dice que “el que no haga lo bueno, le es
contado por pecado” Hacer lo correcto, mantenerse en santidad cuesta muchísimo
y no solamente ahora. Esto sucede desde hace mucho tiempo, sin embargo
pareciera que cada día cuesta mucho más hacer lo bueno. La santidad es un
trayecto cuesta arriba. Admiro a los que dicen estar firmes, los que se llaman a
sí mismos santos, pero pienso que ellos no necesitan de DIOS. ¿Quién acude a un médico si está sano, si se siente bien?... DIOS dice en su palabra que vino a
libertar a los cautivos y JESUCRISTO
conoce perfectamente nuestra naturaleza pecadora. Un ejemplo de ello es Pedro.
Aun cuando le había manifestado su amor a JESÚS
hasta el punto de expresar que moriría con ÉL,
JESÚS le dijo que ese mismo día lo
negaría tres veces. No significa esto que CRISTO
estaba apostando o deseando que Pedro hiciera tal cosa, no. Se trata del hecho
que DIOS nos conoce. DIOS sabe lo que va a ocurrir y
precisamente por eso le dijo a Pedro,
Lucas 2:31.- “pero yo he rogado por ti, para que no te falte la fe”
¿Quién no se ha sentido indigno de dirigirse a DIOS? De sentirse frustrado al llegar
la noche y darse cuenta y reconocer que no hizo el bien que DIOS esperaba que hiciera, ¿Quién no se
ha sentido inmerecido de todo el bien que DIOS
le ha proporcionado?... Yo lo he sentido, y muchas veces siento que no debo
dirigirme a El, porque debe estar decepcionado,
porque ha esperado una y otra vez por mí y no he hecho lo que El espera de mí. Siento
que le fallo como cristiana y que no merezco su amor, pero escuché a alguien
decir ¡¡¡Nunca dejes de ir al Señor por causa del pecado!!! Y esa frase me impactó.
Mantenerse en santidad cuesta mucho esfuerzo, pero DIOS dijo claramente:
Lucas 13:24.- “procuren entrar por la puerta angosta”
Procurar significa hacer diligencias o esfuerzos para
conseguir algo, entonces es esforzarnos, disciplinarnos y hasta obligarnos a
entrar por esa puerta angosta que es CRISTO
JESÚS. Ejercitarnos es el secreto.
Mateo 26.41.- Velad y orad, para que no entréis en tentación…….
Estar atentos, prevenidos y orar es un mandamiento
sine qua non. Y aun cuando nos sintamos indignos, inmerecidos de su amor,
porque le fallamos a diario, jamás dejemos de dirigirnos a EL en oración. Jamás dejemos de utilizar a la oración, es el único
recurso que nos acerca a DIOS. JESÚS le dijo a Pedro (parafraseando)
¡¡¡me vas a fallar!!!. EL conocía la
naturaleza de Pedro, ¿Cómo cree usted que se sintió Pedro al negar a CRISTO tres veces y hasta blasfemar
contra EL y luego ver su mirada? Creo
que Pedro se sintió tan avergonzado, tan impuro, sentiría que traicionó a quien
le amaba tanto. La Biblia señala que corrió y lloro amargamente. Sintió
arrepentimiento en su corazón y fue a los pies de CRISTO, oró y clamó por perdón. Estoy segura que si Judas hubiese
hecho lo mismo, su historia hubiese sido otra. Lo que trato de decirles, es que
no estamos exceptos de fallarle a DIOS,
pero nunca dejemos que eso nos impida presentarnos delante de EL.
Salmo 51:17.- los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado, al corazón contrito y humillado no despreciaras tú, oh Dios.
Recordemos también que DIOS nunca revocará los favores que nos ha concedido, DIOS no siente rencor y hasta pienso,
en el buen sentido de la palabra que DIOS
olvida conscientemente nuestros pecados.
Isaías 43:25.- “Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo y no me acordaré de tus pecados”.
Somos nosotros lo que no nos olvidamos, los que nos
hacemos esclavos del pecado. Es más, negamos a DIOS con nuestros pecados, tal y como lo hizo Pedro, sin embargo DIOS siempre estará allí, dispuesto a
perdonarnos y solo quiere escuchar que le amamos. En el capítulo 21 de Juan en el versículo 15al 17, JESÚS le preguntó tres veces a Pedro si lo amaba. Coincide estas
tres veces con las tres veces que Pedro lo negó y esto sucedió apenas un mes
después de su muerte y resurrección,
¿Acaso DIOS no sabe lo que
hay en nuestro corazón?, ¿JESUCRISTO
no sabía que Pedro lo amaba? Si, DIOS
conoce a la perfección nuestro corazón, pero era necesario que Pedro lo dijera
y a cada respuesta de Pedro, JESÚS le
contestaba con una instrucción; “cuida de mis corderos, cuida de mis ovejas”.
Pienso que DIOS muchas veces solo
está esperando escuchar que le amamos, en vez de escuchar nuestros lamentos y
nuestros sentimientos de culpa por nuestros pecados. Y de la misma forma en que
le amamos, también EL está esperando
que ese amor nos mueva a hacer lo que es bueno.
Cuando te sientas indigno, impuro, inmerecido de todos
los favores y bendiciones que DIOS te
concede, no permitas que ese sentimiento de culpa te impida acercarte a EL. Solo ve a la presencia de JESÚS, guarda silencio delante de EL, deja que te hable, imagina que te
pregunta si lo amas y contéstale con todo tu corazón, no con tus emociones,
sino con toda tu voluntad, EL quiere
oírlo de tus labios y recuerda que “el que ama
siempre hace lo mejor por el objeto de su amor”
“DIOS no tengo
nada que darte, soy un desastre, pero TE
AMO SEÑOR y moriría si no estás conmigo”.
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